Parámetros culturales en psicología: sufrimiento en tiempos de crisis

Yo sólo sé reflexionar en silencio, de ahí esta etapa de estar sin ser vista. Creo que para el ejercicio de nuestra profesión, y aquí hablo de psicología, aunque muy probablemente todos los profesionales del ámbito social puedan sentirse reflejados, es de crucial establecer un estudio crítico, reflexivo acerca de porqué y qué estamos haciendo.

Uno de los núcleos fundamentales de nuestro trabajo es la educación para la salud, algunos incluso argumentarían que ese el objetivo fundamental, nuestro objetivo. Bien, me surgen un montón de dudas no sobre el qué sino como el cómo. ¿Qué es la salud? ¿Qué es el bienestar? Algunos aquí me dirían que “ese estado de equilibrio, homeóstasis, en el que no hay ningún elemento perturbador de tu vida” Más o menos, casi todos, circularían por esta definición. Lo que yo me pregunto ahora es: ¿quién decide que es el equilibrio? ¿Quién decide que es lo que entra en los parámetros normales y qué es lo que no? ¿El sufrimiento es cultural? ¿Si cambiáramos parámetros sociales/culturales cambiaría las mal llamadas patologías? La respuesta es sí, y hay un montón de bibliografía al respecto. Si echáis un vistazo a ésta, encontraréis que las patologías de las que se hace un revisión crítica son la estigmatizada esquizofrenia y algún otro trastorno, pero aquellos sufrimientos que se ven, una y otra vez, en terapia (depresión y ansiedad sobre todo) ni una palabra.

¿Es lo mismo estar sano que estar bien? Si somos fieles al modelo que defendemos (al menos desde aquí) una y otra vez, el modelo biopsicosocial, en este momento socio-económico a la hora de tratar una depresión… ¿sería lícito tratarla como hasta ahora? De acuerdo que tendremos que tratar y dar una serie de herramientas para que el individuo alivie su sufrimiento y pueda (dentro de lo que cabe) sentirse mejor pero, ¿no existen verdaderas razones para que esa persona se encuentre así? ¿Por qué no respetarla? Aquí se me diría que porque ha acudido a terapia, y por tanto busca una ayuda que estamos obligados a ofrecer pero… ¿legitimaríamos su situación? ¿Qué haríamos? Se me ocurre de manera automática una persona que está en paro y que se siente mal por ello, acude a terapia y su relato y la sintomatología nos indica una depresión. Podemos comenzar a trabajar con él/a, pero ¿no existen causas macrosociales que explican su sufrimiento ¿ ¿No es legítimo? No quiero que esto se entienda como perpetuar el dolor de alguien, o como no ofrecer ayuda, más bien lo contrario: establecer una ayuda pero siendo críticos, utilizando el modelo biopsicosocial de verdad, no a medias. Me parecen una serie de cuestiones que debemos replantearnos de manera seria y sistemática.

¿Por qué algunos terapeutas ven un trastorno, comportamiento, (llámenlo como quieran) en algo que otros no significan como tal? La respuesta parece ser la corriente formativa y profesional que tienen. Entonces, aparecen significados distintos y realidades antagónicas. El saber si hemos acertado o no en nuestra hipótesis inicial se resolverá a través del proceso terapéutico. Todos sabemos que en la práctica clínica hay que atender a la demanda del paciente en un primer momento (aunque como profesionales veamos que existe otro problema), ya que sino será un abandono (casi) seguro. Ya comenzamos con un ejercicio de poder: establecer que, muy probablemente, haya algo que el paciente no ve y que tú como profesional ves y observas. Pero… ¿desde qué óptica? ¿Con qué criterio? Mi miedo es establecer una línea del bien y del mal, de lo bueno y lo malo, que es pura moral. Creo que debemos tener un respeto exquisito por aquella persona que llega a terapia, se sienta y busca ayuda. Esa persona se coloca en una posición vulnerable, y nosotros como profesionales, nos colocamos en una posición de superioridad. Creo que para hacer frente a este poder que podemos ejercer debemos mirarnos críticamente, replantearnos desde dónde estamos trabajando y porqué creemos en esta forma y no en otra.

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Un pensamiento en “Parámetros culturales en psicología: sufrimiento en tiempos de crisis

  1. Sara dice:

    Estoy de acuerdo en plantearlo todo desde la autocrítica, creo que es a única forma de saber que estamos haciendo bien nuestro trabajo.
    Sin embargo, no creo que el profesional esté en una posición de superioridad, ni real ni percibida. Tener el privilegio y la capacidad de ser útil a una persona y prestarle ayuda no significa necesariamente que estemos en posición de superioridad, porque nuestro «poder» depende total y absolutamente de que la persona que tenemos sentada delante decida si podemos o no ayudarla.
    Respecto a lo bueno y lo malo, no creo que establezcamos ninguna línea ni que sea nuestra labor decir lo que está bien o lo que está mal, principalmente porque como psicólogos hemos aprendido que no hay nada que sea bueno o malo por definición, al menos así lo creo yo, y nuestra labor es acompañar a una persona en un proceso, no indicarle el camino.
    Dicho esto y volviendo a lo primero, sí, estoy totalmente de acuerdo en que nuestra labor parte de la comprensión de la realidad de la persona que tenemos delante y nuestro objetivo principal es no perderla nunca de vista.
    😉

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